miércoles, mayo 21, 2008

Zürich, Switzerland.

Ella tenía un pequeño barco, los fines de semana recorríamos el Limmat, o íbamos a la parte superior de una iglesia, por una escalera caracol. Un pasillo ascendente de piedra en el cual entra casi solamente una persona a la vez y al llegar se ve la ciudad entera al borde del río. Las iglesias tienen torres muy altas en punta, picos de colores pronunciados hacia el cielo. Yo trabajaba en una tienda de vinilos, frente al hotel que administra un amigo, una cuadra con librerías, porno shops, una tienda de ropa plástica y bares gay. Era verano, llovía mucho y por los alpes el agua corría con una fuerza incontenible, estaban cubiertos de vegetación. Ya no leíamos, escuchábamos música y escribíamos en computadoras separadas, a veces usaba la de ella, eran parecidas.

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