viernes, mayo 21, 2010

me regaló una planta q se llama julieta

Nos veíamos una o dos veces a la semana. Siempre de día. A la mañana. Ella llegaba y desayunábamos mínimamente, o si venía al mediodía yo le hacía de comer. Mas allá de eso, cada vez más frecuentemente pasábamos todo el tiempo en la cama. La habitación era completamente blanca, con la tele en el piso, al borde de la cama. Nos mirábamos y las paredes eran todo luz que entraba por la ventana. Nos besábamos y era todo velocidad. Su cara, su boca, sus dientes, su pelo, sus ojos y su piel brillaban, era todo luz blanca que entraba por la ventana mientras hacíamos el amor.